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¿Cuáles son los componentes del sistema de frenado que más se desgastan?

El sistema de frenado es el primer órgano de seguridad de su vehículo. Debe responder de forma instantánea y precisa cada vez que lo solicite. Los elementos más importantes son los tambores, las pastillas, los discos y las mordazas; cada cual tiene su propia función y, juntos, contribuyen al frenado y a la inmovilización de su vehículo, Solicitados permanentemente, estos componentes están sujetos a un mayor esfuerzo y desgaste.

Las pastillas de freno son víctimas de los rozamientos derivados de las frenadas que hacen que se genere mucho calor; además el material de las pastillas es más blando que el de los discos, por estos motivos se desgasta con mayor rapidez. Unas pastillas desgastadas pueden dañar el disco del freno. Para evitar que esto ocurra,  es importante que haga revisar  aproximadamente cada 10.000 km el estado de las pastillas y cambiarlas en cuanto se constate que el grosor del material se ha reducido a 2 mm. Pida que le cambien siempre los 2 juegos de pastillas de un mismo eje simultáneamente para evitar un detenimiento asimétrico.

Los discos de freno son sometidos a grandes esfuerzos durante las frenadas. De su estado depende la eficacia máxima de las pastillas. Es fundamental que revisen los discos cada  vez que hace un cambio de pastillas, para comprobar que su grosor respeta el valor establecido por el fabricante.

Los tambores de freno si bien están sujetos a los mismos requisitos que las pastillas, son menos solicitados. Por este motivo pueden controlarse de manera más espaciada, cada 20.000 km aproximadamente, y deben cambiarse en cuanto el grosor de los forros sea inferior a 1,5 mm. Desgastados, pueden provocar un desplazamiento de la zona trasera del vehículo, debido al bloqueo de las ruedas

Un líquido de frenos demasiado usado puede provocar una pérdida de eficacia o una fuga del sistema hidráulico, lo cual es una posible causa de fallo. En caso de descenso anormal del nivel del líquido de frenos, consulte de inmediato con su punto de venta Peugeot – Citroën; de todas maneras es recomendable  cambiar el líquido de frenos al menos cada 2 años o cada 40.000 km o 60.000 km.

Por su protección, opte por la gama de piezas originales Peugeot – Citroën concebidas para su vehículo, ya que están sometidas a pruebas muy exigentes para garantizar la seguridad y fiabilidad del sistema de frenado y de su vehículo ¡Cuidado con las imitaciones!