El desgaste natural de los amortiguadores es muy progresivo, y de manera inconsciente, puede adaptar su conducción a esta imperfección. El deterioro de este elemento puede estar relacionado con el kilometraje recorrido, la carga del vehículo, el estilo de conducción o el perfil de la carretera.
Con un simple sondeo, usted puede comprobar el estado de los amortiguadores:
La prueba del balanceo. Empuje la defensa del vehículo suavemente; si al dejar de hacerlo el vehículo continúa balanceándose una vez más, los amortiguadores podrían estar en mal estado.
La prueba del rodaje. Puede ser un síntoma de una falla en los amortiguadores si al conducir su vehículo detecta alguna de las siguientes anomalías:
* La parte delantera del vehículo se levanta al acelerar y/o se hunde al frenar.
* El vehículo rebota al pasar un bache.
* El vehículo pierde estabilidad y se inclina lateralmente al doblar.
El desgaste de las llantas. El desgaste desparejo de los neumáticos puede ser causado por una alineación deficiente o porque los amortiguadores se encuentran en mal estado.
Inspección visual. Si al revisar su vehículo detecta alguna de las siguientes fallas visibles, es necesario un cambio:
* Pérdida visible de aceite sobre el amortiguador.
* Montaje roto o maltratado.
* Cuerpo del amortiguador dañado (golpeado).
Los amortiguadores brindan el equilibrio perfecto entre confort de marcha y seguridad de frenado. Por este motivo es recomendable que tenga presente los indicadores mencionados anteriormente y que haga que su especialista Peugeot – Citroën revise este componente cada 20.000 km. Contar con amortiguadores en buen estado contribuyen a un mejor comportamiento del vehículo en carretera y a un frenado más eficaz.